lunes, 17 de mayo de 2010

In Memoriam

Hoy ha sido de esos días tristes que también forman parte de nuestra vida. Ya de por sí los lunes se me hace difícil volver a coger el ritmo y encima me encuentro con la triste noticia de la muerte de un compañero de trabajo.

Yo le llamaba, cariñosamente Angelito, aunque medía 1,90 y era bastante corpulento. Si lo tuviera que definir diría: noble y con buen corazón. Coincidía casi siempre con él a la hora de comer y nos solíamos invitar a veces una cerveza y otras un café.

Le recuerdo enumerando las partes del oído: yunque, martillo, trompa de eustaquio, pabellón auditivo... Rememorando su época en la que inició Medicina....

Da pena que una persona de 49 años se marche de este mundo y me entristeció ver cómo sus compañeros recogían sus pertenencias de la mesa y sus coches en miniatura, esa escena me impactó mucho. Piensas, ya está, se acabó, ya no viene más.

Lo curioso es cómo esos objetos a partir de ese momento cobran vida y sirven para aferrarse al ser querido. Recuerdo que Juan José Millás en su libro "Los objetos nos llaman" relataba que cuando murió su madre anduvo llamándola por teléfono durante varios días y se quedaba en silencio esperando infructuosamente que alguien contestase.....

En fin, notaremos su ausencia.... Un abrazo, Angelito!!

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