viernes, 16 de abril de 2010

Liderazgo Emocional

La gestión de personas no solo supone saber que tienes un cierto número de seres a tu cargo, hay una cuestión vital: esos seres tienen corazoncitos, sufren, padecen, se emocionan, se alegran, se alteran y otros tantos estados emocionales.

Por tanto un líder tiene la compleja tarea de canalizar todas esas emociones, conseguir motivar a su colaborador y ser fiel a su necesaria orientación a resultados.

Mi experiencia como formador de directivos y mandos intermedios me dice que no estamos muy habituados a dedicar tiempo a las personas y mucho menos a felicitarlas y reconocer sus méritos.

Os cuento una anécdota: en un curso de Liderazgo Eficaz yo hablaba de la importancia de reconocer los valores de la persona que posibilitan los excelentes resultados.

Y uno de los participantes en el momento de ir a desayunar se me acercó y me dijo: David, yo nunca había pensado que tenía que felicitar a alguien por su trabajo, yo creía que esa persona hacía lo que tenía que hacer. Sin duda éste es uno de los momentos más gratificantes para un formador, puesto que te das cuenta de que algo ha cambiado en la mente de ése líder y que tendrá un impacto muy positivo en el futuro.

Siempre he creído que los formadores no enseñamos nada, sino que despertamos la reflexión en nuestros alumnos y provocamos que descubran las cosas por sí mismos.


Continuará.........

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